
Extraña, intensa y andrógina, esta pionera del punk despertaba pasiones en los corazones de críticos, fans y mitos del rock & roll que ella misma idolatraba (George Harrison, Eric Clapton, Bob Dylan). Terminó casandose en 1980 con el guitarrista de MC5, Fred Smith, con el que decidió retirarse un tiempo de los escenarios para dedicarse a la vida familiar. Pero en 1996, después de ocho años de silencio discográfico, y tras la muerte de su marido, Patti regresa con el inspiradísimo Gone Again.
La cantante consigue grabar una obra maestra que tiene mucho de enfrentar la oscuridad de una tragedia familiar poetizando la rabia y la tristeza. Acompañada por una estupenda banda y las colaboraciones de lujo de Tom Verlaine (Television), John Cale (The Velvet Underground) y Jeff Buckley (muerto al año siguiente de la publicación de Gone Again), Patti le canta a la pérdida en el formato eléctrico de siempre... aunque también hay perlas acústicas que suenan como mantras de curación.
Para ir cerrando, quedaría por decir que en Gone Again el arrojo y el desparpajo de antaño se ven sustituídos por la experiencia y la madurez. Pero es precisamente ahí donde Patti Smith consigue recuperar sus mejores valores musicales y despacharse este bellísimo exorcismo musical.