martes, 17 de agosto de 2010

Terminator 2: El juicio final

James Cameron es un exitoso director, guionista y productor de cine nacido en Ontario, Canadá, en agosto de 1954. Cameron se ha consagrado de la mano de películas como Terminator (1984), Aliens, el regreso (1986), El secreto del abismo (1989), Terminator 2: El juicio final (1991), Mentiras verdaderas (1994), Titanic (1997) y Avatar (2009).

Pero de todas las obras de la trayectoria de Cameron, la más celebrada es (junto a Titanic) Terminator 2: El juicio final. Debido el éxito de la primera película, y aprovechando la popularidad de Arnold Schwarzenegger, James Cameron repite los esquemas de la producción original.

El film tiene el mérito de ser uno de los primeros largometrajes en los que se utilizaron imágenes generadas por computadora. También está su excelente reparto, que además Schwarzenegger, incluye a Linda Hamilton, Edward Furlong y Robert Patrick.

La trama, esta vez, nos cuenta que tras el fracaso de Skynet al intentar asesinar a Sarah Connor -madre del líder de la resistencia humana, John Connor-, las máquinas envían a otro cyborg al pasado con una nueva misión: eliminar al propio John aún siendo un niño.

Para evitar esto, la resistencia captura a un T-800, y John Connor lo reprograma envíandolo para que proteja y obedezca en todo a su joven "yo" del pasado. Las máquinas envían al avanzado T-1000 (Robert Patrick), un mortífero cyborg de metal líquido capaz de copiar formas del mismo tamaño y así poder llevar a cabo su objetivo.

Con respecto a Sarah (Linda Hamilton), ella se encuentra encerrada en un hospital psiquiátrico, en el área de máxima seguridad, ya que intentó destruir una empresa de computadoras que desarrollará previamente lo que será el programa Skynet. Y el joven John (Edward Furlong) es un chico rebelde que vive con padres adoptivos después del arresto de su madre biológica.

Para ir cerrando, diría que en Terminator 2... Cameron supo dar una nueva vuelta de tuerca a la saga, convirtiendo en esta ocasión a Schwarzenegger en el bueno; además de sacar partido del concepto de un robot que aprende a tener alma, frente a unos hombres que la están perdiendo. Ideas como el pelear por una causa y todos los sacrificios que eso conlleva (entre ellos, la propia vida) dan a este film de acción una hondura no habitual en el género.

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