jueves, 4 de noviembre de 2010

Sigmund Freud "Tótem y tabú"

Sigmund Fred fue un médico y neurólogo nacido en mayo de 1856, en Moravia, República Checa. Freud ha sido el creador y una de las mayores figuras intelectuales del siglo XX.

Su interés científico inicial como investigador se centró en el campo de la neurología, derivando progresivamente sus investigaciones hacia la vertiente psicológica de las afecciones mentales, de la que daría cuenta en su práctica privada.

Estudió en París las aplicaciones de la hipnosis en el tratamiento de la histeria. De vuelta en Viena desarrolló el método catártico. Luego reemplazó tanto la sugestión hipnótica como el método catártico por la asociación libre y la interpretación de los sueños. De igual modo, la búsqueda inicial centrada en la rememoración de los traumas psicógenos como productores de síntomas, fue abriendo paso al desarrollo de una teoría etiológica de las neurosis más diferenciada. Todo esto se convirtió en el punto de partida del psicoanálisis, al que se dedicó ininterrumpidamente el resto de su vida.

Freud postuló la existencia de una sexualidad infantil perversa polimorfa, tesis que causó una intensa polémica en la sociedad puritana de la Viena de principios del siglo XX y por la cual fue acusado de pansexualista. A pesar de la hostilidad que tuvieron que afrontar sus revolucionarias teorías e hipótesis, Freud acabaría por convertirse en una de las figuras más influyentes del siglo XX. Sus teorías, sin embargo, siguen siendo discutidas y criticadas, cuando no simplemente rechazadas. Muchos limitan su aporte al campo del pensamiento y de la cultura en general, existiendo un amplio debate acerca de si el psicoanálisis pertenece o no al ámbito de la ciencia.

La división de opiniones que la figura de Freud suscita podría resumirse del siguiente modo: por un lado, sus seguidores le consideran un gran científico en el campo de la medicina, que descubrió gran parte del funcionamiento psíquico humano; y por otro, sus críticos lo ven como un filósofo que replanteó la naturaleza humana y ayudó a derribar tabúes, pero cuyas teorías, como ciencia, fallan en un examen riguroso.

Dentro de su vasta bibliografía se encuentra Tótem y tabú (1913). En esta obra se ahonda en el concepto y función del padre, enunciando a su vez una tesis sobre el origen de la sociedad y de sus instituciones fundamentales. Freud intenta explicar en forma de relato mítico la instauración he imposición de la cultura por medio de la prohibición del incesto y sus efectos inconscientes, El hombre pre-civilizado (para Freud, sociedad y cultura se resumen en el concepto civilización) vive en hordas donde existe un macho dominante, poseedor de las hembras y los privilegios que se desprenden de esa categoría. Así, los hijos o mejor dicho los machos dominados, elaboran un plan para asesinar al padre y quedarse con las hembras (madres y hermanas). No obstante, consumado el asesinato de éste, no se reparten el "botín", la culpa paraliza la ejecución del plan en su totalidad. De hecho, surge la figura "sobrenatural" del padre (el tótem) con renovada fuerza. Aparece entonces "la norma" como una especie de "signo conmemorativo" que permite renovar y revivir el asesinato del padre (primera represión con carácter social).

Entonces para transponer la rivalidad que se generó entre ellos y garantizar sus vidas, prohibieron la muerte y renunciaron al deseo incestuoso. En este proceso, el Padre es reconocido, amado e idealizado. Es importante decir que esta idealización se produce luego de la muerte del padre (la culpa). De esa forma, cada uno de los hermanos renuncia a su ideal de poseer la posición del Padre para sí y tener a la madre.

Este escrito entonces no debe ser centrado en la muerte del padre y las prohibiciones, que por si solas no instituyen nada sino en el pacto fraterno de autolimitación. El Tótem surge como responsable imaginario de la institución, y de allí se deriva la totemización, que es el equivalente a la alienación.

De esta manera se esclarece la verdadera naturaleza de la sociabilidad humana. Es indudable que el psicoanálisis tiene por objeto la psique individual pero precisamente por esta razón es que permite reconocer la presencia de esa psique en la grupalidad. Freud constantemente señala la presencia del erotismo en las relaciones humanas, de la culpa con verdadero "sentido constituyente" y la norma como "configuradora" del carácter social de un grupo determinado. De hecho la culpa es elemento principal que permite lo social" pues la neurosis es generalmente asocial.

Con estas reflexiones Tótem y tabú se transforma en una llave que sólo abre la discusión acerca de lo social en el lector. "La duda razonable", como afirmaba el mismo Padre de la Psicología, es un proceso de búsqueda continuo y dinámico que está en constante elaboración y reelaboración.

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