Con autoridad de emperador chino el Indio Solari (que ya desde la portada se presenta con una foto de su cara usando un turbante y cinco símbolos del lenguaje sordomudo/carcelario aludiendo a sí mismo) vuelve a cautivar los sentidos en cincuenta y cinco minutos de música rock. Porco Rex es su segundo trabajo solista y en él refleja un sincero muestrario de las obsesiones y ansiedades de un rocker que pisa las seis décadas con estoica elegancia y un espíritu de resistencia admirable.
Se sabe que cada disco, o recital, de quien fuera la voz de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, es celebrado como una fiesta pagana por sus millones de seguidores. Fue entonces que, para ellos, el 2007 se consumó con un regalo generoso de su máximo dios vivo. Porco Rex es un álbum potente y directo, menos complejo que su debut pero con canciones memorables.
A primera escucha el LP puede sonar todo igual, aunque en general los discos del Indio -tanto en su carrera solista como con los Redondos- requieren de una serie de escuchas para entenderlos. Así es que a medida que uno reincide en estas trece canciones, se hace cada vez más difícil sacarlas de la compactera y de la cabeza.
Porco Rex es un disco dramático y vital, suena mucho más eléctrico y dinámico que su antecesor. En esta vuelta, las guitarras y la batería predominan sobre los sonidos electrónicos; y la voz del Indio (tan áspera, oscura y magnética como siempre) nos ofrece por primera vez un cierto grado de confesionalidad nunca antes visto en sus letras (dedicatorias explícitas a amigos que ya no están, a su mujer, y a lo que parece ser su manera de ver las cosas con respecto a la separación de los Redondos).
Constantemente alude a "Monsieur Sandoz" como encargado de casi todo menos de hacer sonar los instrumentos ya que esa fue tarea de los guitarristas Baltasar Comotto y Gaspar Banegas, el bajista Marcelo Torres, los bateristas Hernán Aramberri y Martín Carrizo, y la sección de vientos a cargo Alejo Von Der Pahlen y Ervin Stutz. Además de Andrés Calamaro, acreditado como "el inefable Señor Gama Alta", quien aparece de invitado en un tema.
El arte gráfico gira en torno al erotismo, la insinuación y el deseo a través de un collage de imágenes de mujeres desnudas, la Virgen María, dibujos de un cerdo y animales varios, más frases sueltas (como de la escritora Clarece Lispector). Y como siempre, el Indio se maneja con total independencia tanto desde la producción como en el lanzamiento y la distribución.
En definitiva, Porco Rex es un disco que se respira casi como un mantra nervioso y que está empapado de esas buenas melodías que mueven estadios o silban bajito cuando hay que colorear la soledad.
viernes, 7 de mayo de 2010
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