jueves, 3 de febrero de 2011

Antony and the Johnsons "The Crying Light"

Antony Hegarty es un cantante, pianista y compositor nacido en West Sussex, Inglaterra, en 1971. Antony tiene su propio proyecto musical denominado Antony and the Johnsons, aunque the Johnsons se le llama a su banda de acompañamiento.

La famila Hegarty se mudó en 1977 a Ámsterdam, y para 1981 se estableció en California. En su adolecencia, Antony, fue un gran seguidor de artistas como Culture Club y Soft Cell. En el 1990 se mudó a Nueva York para estudiar teatro experimental (por ello su look androgino). Su carrera musical comenzó cuando armó su primera banda llamada Black Lips Performance, la cual no duró mucho pero lo llevó a lanzarse definitivamente como solista.

Antony lleva editados cinco discos de estudio (Antony and the Johnsons de 1998, I Fell In Love With A Dead Boy EP de 2001, I Am A Bird Now de 2005, The Crying Light de 2009 y Swanlights de 2010) hasta la fecha.

La obra de Hegarty está catalogada como "pop alternativo", "música de cámara", "jazz", "dark cabaret"; en las canciones se destaca el registro barítono, profundo, melancólico y nocturno del cantante, que acompañado magistralmente por the Johnsons logra un sonido intimista y atemporal.

The Crying Light es un álbum ecléctico y atrapante, exuda sentimiento y oscuridad por los cuatro costados. La voz tan personal y expresiva de Antony logra conmover a cada instante, haciendo comprender al oyente que el arte es esa revelación maravillosa e inexplicable que trasciende al plano metafísico.

Cuentan que el cantante se inspiró para componer esta placa al ver un círculo de luz sobre el bailarín de butö japonés Kazuo Öno -quien aparece en la foto de la portada- en una presentación teatral.

Otro factor importante son las letras, las cuales se caracterizan por tratar diversos aspectos de la vida transgénero... ya que Antony se considera como tal. Sus canciones le han valido el elogio de pares como Björk (de quien es muy amigo), Kate Bush, su ídolo Boy George y el mismísimo Lou Reed.

En definitva, The Crying Light es una obra crepuscular que envuelve con un abatimiento de lo más imperativo, ahogándonos en el trasfondo trágico de las emociones intrínsecas.

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