Uno de sus trabajos más celebrados es Ficciones. Publicado en 1944, este libro de cuentos fue la primera obra importante de Borges. Obtuvo cierto reconocimiento tanto en Argentina como en el extranjero, llevándose el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores -hecho que le abrió las puertas a su autor para el prestigio creciente que atesoraría más tarde-.
De Ficciones sólo se puede decir que es un libro increíble. Hay quienes afirman que se debe leer a Borges una vez en la vida, por lo menos, porque de sus obras se extraen conocimientos que no se pueden sacar de ninguna otra parte. Borges era un hombre con características particulares, resumir su obra en tan pocas líneas es una tarea difícil; lo mejor es leerlo.
El escritor vivió obsesionado por ciertos tópicos (como los sueños, la muerte, el tiempo, la eternidad) que reiteró hasta la saciedad en muchas de sus obras. Estos aparecen, una y otra vez, en algunos de los cuentos de Ficciones; al punto de producir en el lector la impresión de estar leyendo variaciones de un mismo tema... aunque ese detalle no le resta magia y genialidad a la obra.
Quizás la mayor virtud de este escritor no fue crear un estilo propio, sino innovar sabiendo jugar con los textos. Borges nunca se dejó atrapar en las formas clásicas del cuento. Todo lo contrario, las cambió y manipuló a su antojo, transformando las historias en adivinanzas o jeroglíficos que mueven al lector a involucrarse.
En pocas palabras, Ficciones nos proporciona, además de una visión intelectual, una mirada distinta y surrealista sobre la realidad y el mundo que conocemos.
De Ficciones sólo se puede decir que es un libro increíble. Hay quienes afirman que se debe leer a Borges una vez en la vida, por lo menos, porque de sus obras se extraen conocimientos que no se pueden sacar de ninguna otra parte. Borges era un hombre con características particulares, resumir su obra en tan pocas líneas es una tarea difícil; lo mejor es leerlo.
El escritor vivió obsesionado por ciertos tópicos (como los sueños, la muerte, el tiempo, la eternidad) que reiteró hasta la saciedad en muchas de sus obras. Estos aparecen, una y otra vez, en algunos de los cuentos de Ficciones; al punto de producir en el lector la impresión de estar leyendo variaciones de un mismo tema... aunque ese detalle no le resta magia y genialidad a la obra.
Quizás la mayor virtud de este escritor no fue crear un estilo propio, sino innovar sabiendo jugar con los textos. Borges nunca se dejó atrapar en las formas clásicas del cuento. Todo lo contrario, las cambió y manipuló a su antojo, transformando las historias en adivinanzas o jeroglíficos que mueven al lector a involucrarse.
En pocas palabras, Ficciones nos proporciona, además de una visión intelectual, una mirada distinta y surrealista sobre la realidad y el mundo que conocemos.