Pocas veces el nombre elegido por una banda define tanto el contenido de su propuesta. Porco era una de esas anomalías tan raras como bienvenidas dentro del rock nacional.
Formando con Gabo Ferro en voz, Sergio Alvarez en guitarra, Alejandro Goyeneche en bajo y Arnaldo Taurel en batería, Porco fueron más alternativos que toda la movida alternativa junta. Ellos tocaban un hardcore potente, aspero, visceral, con letras bien nihilístas y escatológicas (que mencionan constantemente palabras como "mierda, "concha", "pija", "himen", "puto", "muerto", "chupo"), además de optar por la independencia discográfica.
Porco se movía en la línea de bandas alternativas con un alto grado de musicalidad; por ello no es de extrañar que encontremos pasajes en sus canciones que nos recuerden a King Crimson, Jane's Addiction, Primus o Mr Bungle. Buena parte de esa responsabilidad creativa recae sobre Sergio Alvarez, un guitarrista virtuoso y original que no teme meterse en métricas irregulares y arreglos complejos, incursionando también con instrumentos más inusuales dentro del rock (como la sitára o el clarinete).
La base rítmica es otro logro considerable; Goyeneche y Taurel suenan aceitadísimos tocando notas que pasan del hardcore más descarnado a rítmos funk o hasta dub. Pero sin duda, la frutilla de la torta era el talentoso Gabo, quien con su amplio y peculiar caudal de voz vociferaba chillidos agudos -extraños y molestos- que iban saltando sobre un manto de riffs abrasivos y grooves musculosos, sin tratar de llegar a ningún lado pero consiguiendo un efecto bien determinado: exasperar al oyente.
A parte del plantel estable, aparecen invitados como los saxofonistas Sergio Dawi (Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota) y Damián Nisenson (Los Twist), quienes colorean el sonido de algunas canciones. Este debut autotitulado no es una obra para gente impresionable, prejuiciosa, pacata o recatada, y por lo tanto es un disco no apto para una compañía multinacional. Porco era una innovadora banda más que recomendable para gente que buscaba nuevas experiencias (musicales y de cualquier tipo).
Como último detalle podría destacar la portada del disco, una lluvia de fármacos como imagen ideal para el concepto del disco: pura química sin nada de piedad.
lunes, 5 de abril de 2010
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