Johann Wolfgang Goethe fue un escritor y científico nacido en Hesse, Alemania, en agosto de 1749. Se lo conoce por haber sido una de las principales figuras que ayudó a fundar el romanticismo (movimiento que a su vez influenció considerablemente).
Su obra -que abarca géneros como la novela, la poesía, el drama e incluso controvertidos tratados científicos- dejó una profunda huella en importantes escritores, compositores, pensadores y artistas, convirtiéndose en una constante fuente de inspiración de la filosofía alemana posterior. Sus ideas acerca de las plantas, y la morfología y homología animal, fueron también desarrolladas por diversos naturalistas como Charles Darwin.
Su libro por excelencia fue, sin duda alguna, la trágica novela Fausto (1808), considerada al día de hoy como una de las más grandes obras de la literatura universal.
La historia comienza con una conversación en el Cielo, en el cual discuten el Diablo y Dios por la posesión del alma de Fausto, hombre de ciencia desengañado y cansado de la vida, amante del bien y la sabiduría, que lucha por la posesión de la clave del mundo y ante no encontrarle sentido alguno a la vida que estaba llevando, se ve tentado al suicidio.
En ese momento se le aparece Mefistófeles (el Diablo) y le propone un pacto, lo hará recobrar su juventud y gozar de los placeres de la vida a cambio de que le entregue su alma. Fausto acepta el acuerdo y se lanza, en compañía de Mefistófeles a probar los placeres humanos.
De esta manera, Mefistófeles saca a Fausto de su aislamiento y lo lleva a conocer en un primer momento el placer de licor. Más tade (en la cocina de una bruja) le devuelve la juventud, gracias a este hecho es que Fausto conoce luego a Margarita, mujer ingenua y bella, a quien seducirá hasta conquistarla.
Pero la pasión amorosa de Fausto por Margarita termina desatando terribles consecuencias, ya que la madre de ella muere por culpa de una especie de somnifero que su hija le había proporcionado para poder tener mayor intimidad con Fausto. Para colmo, Margarita descubre que ha quedado embarazada, y su hermano decide batirse a duelo con Fausto (para vengar el honór de la familia) pero muere a manos de éste. Margarita, totalmente perturbada con esta situación, opta por ahogar a su hijo y es condenada a muerte por el asesinato. Sin embargo es salvada por voluntad divina y es llevada a los cielos ante la mirada de Fausto y Mefistófeles que venían a recatarla.
Fausto continúa su viaje. Aparece en la corte del emperador de Alemania, debido a que la desgracia y la escasez están sobre el imperio, pero con la astucia y sabiduría que ha ido adquiriendo (sobre todo con las artes mágicas) salva a la sociedad de sus problemas financieros. Posteriormente Fausto es trasladado a la llanura farsálica, donde conoce a Helena, la máxima expresión de la belleza griega, y de la cual se enamora. Se casan y después nace Euforíon, hijo que movido por el deseo de la lucha y de la luz, provoca su muerte al intentar volar. Helena sigue la suerte de su hijo y la felicidad de Fausto vuelve a desvanecerse.
Vuelto a la corte, colaborará decisivamente en la victoria del emperador sobre sus enemigos, por lo que recibe un terreno. Aquí Fausto siente que ha alcanzado la felicidad, y decide entregar su alma al Diablo. Pero cuando Mefistófeles cree haberse quedado con el alma de Fausto, un coro de ángeles (gracias a las continuas oraciones de Margarita) le abren a Fausto las puertas del cielo.
Para ir cerrando, sólo queda por decir que con este libro Goethe pareciera querer decirnos que aquellas pasiones que mueven al ser humano se encuentran en un limbo entre lo bueno y lo malo (que son amorales, neutras, y durante la obra el mal motiva la mayoría de ellas)... por eso al final de la obra son estas mismas las que permiten que Fausto escape del pacto.
sábado, 5 de junio de 2010
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