jueves, 3 de diciembre de 2009

Carlos Castaneda "Las enseñanzas de don Juan"

La obra de Carlos Castaneda es muy singular. Era un antropólogo que se interesó en el estudio de las plantas psicotrópicas, y que gracias a las enseñanzas sobre rituales del chamanismo aportadas por un descendiente de los toltecas, llamado don Juan Matus, se terminó convirtiendo en lo que él describía como un "hombre de conocimiento".

Castaneda fue alguien que siempre sembró el misterio con respecto a su vida; de hecho no se conoce exactamente cuándo y dónde nació (si en Perú o Brasil; si en 1925 o 1935). Lo que sí se sabe es que se mudó a California para estudiar antropología en la Universidad de Los Ángeles, y que allí conoció ocasionalmente a un indio yaqui en la estación de micros de un pueblo fronterizo con México. Más tarde empezó a publicar una serie de libros que se movían entre la antropología y el chamanismo, logrando tras su publicación una inmensa popularidad, controversia y admiración.

La fama de estos escritos se debe a la fenomenal capacidad literaria del autor de saber presentar a un mundo académico y a un público popular, unas narraciones que descubrían un personaje misterioso como era don Juan y todo un universo que se esconde detrás de nuestra realidad cotidiana, y que conoce el uso de las plantas visionarias, que tanto interés habían despertado a fines de la década de los sesenta.

Y aunque el origen de los libros de Castaneda seguirá siendo un misterio, no se puede negar que el autor tenía un conocimiento notable de los estados alterados de consciencia, de los efectos de las plantas alucinógenas y de las formas de pensar de las culturas arcaicas del continente americano. Y si a esto le sumamos su habilidad con la pluma, y los análisis psicológicos de las situaciones (que logran mantener en vilo al lector), acaba por dar en el clavo y convertir su obra en un punto de referencia.

Y si hay una mayor virtud que tiene este libro, es la de que estos relatos se hicieron tan populares durante los años sesenta, setenta y siguientes, que muchas personas -por no decir muchísimas- tuvieron el primer conocimiento de la existencia del peyote, los hongos y su capacidad de abrir la percepción al mundo mágico a través de Castaneda.

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